El Biltmore: la Historia de un Ícono de Los Ángeles


Apenas pasado el cambio de siglo XX, Los Ángeles era una pequeña ciudad conocida más por sus reservas de petróleo, plantaciones de naranjos y grandes extensiones de tierra que por cualquier otra cosa. Había poco más que su increíble clima templado durante todo el año, lo cual atrajo a las primeras productoras cinematográficas que buscaban escapar del frío invierno de la costa este. Al principio llegaban solo por temporadas, pero poco después se establecieron de manera permanente. L.A. se convirtió rápidamente en el centro de la industria y experimentó un auge poblacional. Aun así, seguía siendo una ciudad joven a los ojos del resto del país.

En una época en que esta región aún estaba evolucionando y buscando su identidad, la llegada del lujoso Biltmore Los Angeles en 1923 fue una “declaración al resto del mundo de que Los Ángeles había alcanzado el estatus de una metrópoli estadounidense”. Su impacto fue innegable y su grandeza se convertiría en una parte fundamental de la historia de nuestra ciudad.

Opening Gala at The Biltmore in October 1923
Opening Gala (1923) | Photo: The Biltmore Los Angeles

Inaugurado originalmente como el Los Angeles Biltmore Hotel el 1 de octubre de 1923, las celebraciones comenzaron casi de inmediato y a una escala que pocos habían presenciado antes. La noche siguiente, 3,000 personas se reunieron en el hotel para una fiesta que contó con la presencia de luminarias de Hollywood como el director de estudio Jack Warner, Cecil B. DeMille, Mary Pickford y la entonces estrella en ascenso Myrna Loy. Fue un evento tan elaborado que los invitados disfrutaron de una cena de siete tiempos, mientras siete orquestas tocaban en la Galería del hotel y en sus deslumbrantes salones de baile. Y, con un toque ligeramente surrealista digno del cine, la sinfonía de música fue acompañada por el canto de canarios.

Este fue solo uno de los muchos eventos elegantes que tuvieron lugar en el Biltmore. En ese momento de la historia de la ciudad, el centro de Los Ángeles era el núcleo del entretenimiento, y el distrito de los teatros aún prosperaba a lo largo de Broadway. Gran parte de la vida social de los años veinte se desarrollaba en el Biltmore, con la asistencia de las estrellas más glamurosas de la época, desde Gloria Swanson hasta Theda Bara. Incluso durante los años de la Ley Seca, el Gold Room del hotel funcionaba como un speakeasy, con una puerta secreta que permitía a los asistentes evitar a la policía (y con frecuencia a la prensa y a los paparazzi) escapando hacia Olive Street. La puerta todavía existe —conduce a una habitación con una barra de madera, ganchos para abrigos y un baño— aunque la salida a Olive Street fue sellada con ladrillos. La Suite Presidencial, un amplio espacio que ha recibido a seis presidentes de Estados Unidos, miembros de la realeza y gánsteres notorios como Bugsy Siegel y Al Capone, aún conserva un compartimento oculto para esconder licor, el cual siguió siendo ilegal en gran parte de Los Ángeles hasta 1933.

Scene from "Ghostbusters" (1984) at The Biltmore
Scene from "Ghostbusters" (1984) at The Biltmore  |  Photo: @filmtourismus

Desde sus inicios, el Biltmore fue un escenario de fondo para Hollywood en más de un sentido, y el hotel está profundamente entrelazado con esa historia. En su primer año, ya fue locación de rodaje para la película de Cecil B. DeMille, Triumph (1924). Con el paso del tiempo, siguió apareciendo en producciones icónicas como Ocean’s 11 (1960), The Sting (1973), Chinatown (1974), Ghostbusters (1984), Beverly Hills Cop (1984), Bugsy (1991), así como en series de televisión como Mad Men y Bosch.

Gracias a su elegancia y sofisticación, el hotel se convirtió en uno de los lugares favoritos para reunirse y celebrar durante las décadas de 1920 y 1930. Ya fuera una salida de estrellas de cine o una gran fiesta organizada por los estudios, el Biltmore era el lugar al que todos querían ir. Incluso la fiesta inaugural del Grauman’s Chinese Theatre (hoy conocido como TCL Chinese Theatre), ubicado al otro lado de la ciudad en Hollywood, se celebró aquí.

En 1927, nació en el Crystal Ballroom del Biltmore la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMPAS). Cuenta la leyenda que Cedric Gibbons, el gran diseñador de producción de MGM, dibujó el primer boceto de la estatuilla del Óscar en una de las servilletas de lino del hotel.

Shirley Temple presents Walt Disney with an Honorary Oscar at the 11th Academy Awards
Shirley Temple presents Walt Disney with an Honorary Oscar at the 11th Academy Awards | Photo: The Biltmore Los Angeles

Por eso resulta tan apropiado que la ceremonia de los Premios Óscar se haya celebrado aquí. Después de un par de años en los hoteles Roosevelt (1929) y Ambassador (1930), la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas trasladó la ceremonia al Biltmore. Tuvo lugar en el Biltmore Bowl, un salón de baile añadido al hotel original en 1928, el más majestuoso de todos: aproximadamente un tercio más ancho y largo que los demás, con capacidad para unas mil personas. Los Óscar regresarían al Biltmore en los años 1935–1939 y 1941–1942, y la cantidad de estrellas que cruzaron sus puertas es impresionante. Clark Gable, Spencer Tracy, Jimmy Stewart y Gary Cooper ganaron aquí sus estatuillas, al igual que Bette Davis, Joan Fontaine, Ginger Rogers y Claudette Colbert. En este mismo lugar, It Happened One Night (Sucedió una noche, 1934) hizo historia al ganar los cinco premios principales de la Academia: Mejor Película, Director, Guion, Actor y Actriz. Claudette Colbert estaba tan convencida de que no ganaría que se dirigió a Union Station para tomar un tren y tuvo que ser traída de vuelta al Biltmore para aceptar su premio. Estas son solo algunas de las muchas historias de aquellos días dorados. Para quienes aman el cine de los años 20 y 30, el Biltmore es un lugar sagrado.

Cuando ves el Biltmore, entiendes por qué fue —y sigue siendo— tan venerado. Es una obra de arte en sí misma. Su fundador, John McEntee Bowman, quiso lo mejor de lo mejor desde el principio. Ya había tenido gran éxito con hoteles en Nueva York y en lugares exóticos como Cuba, y veía el futuro prometedor de Los Ángeles. Bowman contrató a la firma de arquitectura Schultze & Weaver, que también diseñó el exclusivo Jonathan Club en el centro de la ciudad, para construir su obra maestra. El encargado del arte decorativo interior fue el genio italiano Giovanni Battista Smeraldi, reconocido por sus trabajos en dos de los edificios más famosos del mundo: la Casa Blanca y el Vaticano, antes de ser convocado para trabajar en el Biltmore.

Rendezvous Court at The Biltmore
Rendezvous Court at The Biltmore  |  Photo: Yuri Hasegawa

Con inspiración del Renacimiento italiano y español por donde mires, las tres torres del hotel se alzan sobre los salones de baile para darle a los invitados una vista del Pershing Square cruzando la calle. Contando con más de mil habitaciones cuando fue construido, y cada una con su propio baño (lujo puro en aquél entonces), era el “el mejor y más grande” hotel al oeste de Chicago. El vestíbulo original, ahora llamado el Patio del Encuentro, te recuerda a una catedral española. Tiene tres pisos de altura, con paredes de travertinos y arcos que se interceptan en un techo abovedado. Dos luminarias de bronce importadas desde Italia cuelgan de las salientes del techo. Hay elaborados tallados por todas partes y el cuarto tiene un acabado en pintura acentuada con oro de 24 quilates. Es difícil pasar por alto toda la gente que ha entrado por esta gran habitación y subido su doble escalera para llegar al resto del hotel. Este tipo de bienvenida te dan una idea de por qué el Biltmore era conocido como el “Anfitrión de la Costa”.

Crystal Ballroom at The Biltmore Los Angeles
The Crystal Ballroom | Photo: The Biltmore Los Angeles

Pasando las escaleras y los elevadores, primero se llega a la Galería, un salón de más de 100 metros de largo que es tan espectacular como los grandiosos salones que conecta. El más conocido de ellos es el Crystal Ballroom (Salón de Baile ‘Cristal’). Cuando se construyó se llamaba simplemente “el Salón de Baile”, después se cambió a “Blue Room” (Cuarto Azul) antes de que se le cambiara el nombre a causa de sus dos emblemáticos candelabros de cristal austriaco. Son tan delicados, que en lugar de que se descuelguen para limpiarlos, el personal del hotel sube hasta ellos para hacerlo, y deben hacerlo por secciones “como si fuera cebolla”. Las luces, que le dan al cuarto un suave brillo, están al centro del techo cóncavo cubierto en un solo lienzo pintado por Smeraldi. Y esto es sólo el comienzo. Todo el cuarto, las columnas clásicas que están entre balcones y puertas francesas. Tres grandes ventanas están en la parte de arriba del cuarto hasta casi alcanzar el techo. Tiene asientos para 700 personas, aunque el Tiffany Room que está al lado puede abrirse para darle más espacio al salón.

The Emerald Room at The Biltmore
The Emerald Room | Photo: The Biltmore Los Angeles

El Emerald Room (Cuarto Esmeralda) es muy diferente, y se parece más una cabaña de cacería. Su techo luce como si estuviera construido con vigas de madera oscura (aunque parece ser que todo está hecho de yeso) y está pintad con muchos motivos animales, incluyendo diferentes perros entre cada una de las columnas, que parece algo así como un guiño de Smeraldi. Al igual que el Salón Cristal, el nombre del Esmeralda ha cambiado con los años. Alguna vez fue usado como el principal Salón Comedor del Biltmore y después fue renombrado como el “Renaissance Room” (Cuarto del Renacimiento) antes de convertirse en el Esmeralda. Uno de sus saltos a la fama se dio cuando Lyndon B. Johnson lo usó como cuartel de guerra durante la Convención Nacional Democrática en 1960, la que se celebró en el hotel. Así mismo, el Music Room (Cuarto de Música), que ahora es el vestíbulo en funciones, fue el cuartel de guerra de su oponente, el futuro presidente John F. Kennedy. Cualquiera puede ver las hojas pasando frenéticamente entre campañas incluyendo a Adlai Stevenson en el Cuarto Dorado del Hotel, durante esa misma convención.

The Gold Room at The Biltmore Los Angeles
The Gold Room | Photo: The Biltmore Los Angeles

El Gold Room (Cuarto Dorado) tiene otra conexión con una muy importante persona para los más de 90 años de historia del Biltmore. Uno de sus propietarios, el colorido Baron Long, comenzó como un “chico malo insignificante a jugador importante en clubes, hoteles y carreras de caballos”. Era socio en Agua Caliente, un lujoso hotel de apuestas en Tijuana donde la élite iba para quedarse y jugar sin límites durante la era de la prohibición. Aquí es donde la joven Margarita Cansino (conocida posteriormente como Rita Hayworth) fue inicialmente descubierta mientras bailaba ahí con su padre. Huéspedes frecuentes del Agua Caliente incluyen a Louis B. Mayer, Clark Gable, Jean Harlow, Charlie Chaplin y Gloria Swanson.

Después del Rechazo a la Prohibición en 1933, el país era libre de beber de nuevo. Long compró el Biltmore y trajo la fiesta al Centro de Los Ángeles. Incluso le puso al Biltmore algunos detalles del Agua Caliente. Lo que alguna vez fue conocido como el “Palm Room” (Cuarto de Palmas) fue redecorado y renombrado como el Cuarto Dorado como el cuarto en su hotel mexicano donde se apostaban millones de dólares. El Cuarto Dorado del Biltmore rápidamente se convirtió en él lugar para las bebidas de la tarde.

Puedes sentir cada pedacito de su historia mientras caminas por el hotel y aún apantalla con su opulencia. Era descrito como “lujo sobre lujo” por Los Angeles Times cuando fue construídom y nada ha cambiado. Parece un sueño quedarse ahí, especialmente con su alberca interior y sauna.

Gallery Bar and Cognac Room at The Biltmore
Gallery Bar and Cognac Room | Photo: The Biltmore Los Angeles

Incluso si no te hospedas en el hotel, una visita al Biltmore sigue siendo obligatoria. Detente en el Gallery Bar and Cognac Room para disfrutar de una velada sofisticada con cócteles artesanales. Además, ha regresado el querido Afternoon High Tea en el Rendezvous Court, con deliciosos sándwiches, scones, pasteles y, por supuesto, una tetera de té de mezcla fina y personalizada. El precio es de $75 USD por persona e incluye una copa de champaña de cortesía.

El hotel fue designado Monumento Histórico-Cultural de Los Ángeles en 1969. Si deseas conocer más sobre la historia del Biltmore, el Los Angeles Conservancy ofrece un recorrido guiado a pie los domingos a la 1 p.m.

En los últimos años, el Centro de Los Ángeles ha experimentado una notable renovación y restauración, convirtiéndose nuevamente en un punto de moda. Gracias a su ubicación privilegiada, cerca de numerosas atracciones culturales como el Walt Disney Concert Hall, The Broad y el Museum of Contemporary Art (MOCA), el Biltmore sigue siendo un destino imperdible.

Hay tanto que admirar en su historia, y dentro de sus muros puedes sentir el espíritu de muchas épocas. Los años 1920 y 1930 marcaron el inicio de una relación glamorosa con Hollywood, tanto dentro como fuera de la pantalla, que continúa hasta hoy. Esa misma época evocó el romanticismo de la Prohibición y la Era del Jazz. Durante los años 40, el hotel desempeñó un papel patriótico al alojar a militares durante la Segunda Guerra Mundial. En los 50, los huéspedes regresaron buscando celebrar con estilo, mientras que la década siguiente trajo consigo el espíritu de Camelot, cuando John F. Kennedy y la Convención Nacional Demócrata de 1960 llenaron el hotel del idealismo de una nueva era. 

Ese sentimiento aspiracional nunca ha abandonado al Biltmore. Es una obra maestra arquitectónica que sigue ofreciendo a sus huéspedes y visitantes elegancia en los tiempos modernos.

Bienvenido al The Biltmore Los Ángeles.