Retiro Espiritual: 10 Lugares Para Meditar en Los Ángeles

“Sólo buenas vibras” es una frase que puede pasar de ser un slogan de camiseta a toda una forma de ser; algunas veces es sólo cuestión de encontrar el lugar ideal. Ya sea que busques un bienestar de largo plazo o unas rápidas vacaciones de tus preocupaciones, los humanos en la ciudad de Los Ángeles tienen muchas opciones para entrar en un espacio positivo.

La popular comunidad sin denominación del centro Agape ofrece cursos de meditación de 5 semanas por todo el año, en línea y en persona en el Teatro Saban (Bulevar Wilshire #8440, Beverly Hills 90211), como se ha visto en The Secret, Dr. Oz y The Oprah Winfrey Show, entre otros. Dirigidos por su fundador Dr. Michael Bernard Beckwith, muchos de sus servicios empiezan con una vigorizante meditación guiada de alguna clase.

¿No te puedes sentar bien? ¡Hay un acupunto para eso!  La acupuntura abunda, pero si tu presupuesto es limitado, busca la Universidad Dongguk en el corazón del Barrio Coreano (Sitio Shatto #440, 2o piso, Los Ángeles 90020). Los estudiantes administran los tratamientos en la clínica bajo la estricta supervisión de los profesores, así que no importa qué te aflija, estás en buenas manos. Hierbas, tazas, moxibustión y masaje son algunos de los servicios que se ofrecen además de la acupuntura. Se puede ir sin cita, pero se recomienda poner una.

El Festín del Amor de Domingo es un evento abierto al público en general que sucede en el nuevo Templo Dwaraka del ISKCON Los Ángeles (Avenida Watseka #3764, Los Ángeles, 90034) cada domingo que comienza con un kirtan (canto estilo llamada y respuesta) a las 4:30 de la tarde, seguido de una lección, festín vegetariano gratuito (prasadam), y terminando con bhajan (canciones). Conoce más acerca de la Sociedad Internacional para la Concientización de Krishna al caminar por su museo en el sitio, comer en el Restaurante de Comidas Naturales de Govinda en cualquier momento, y recorrer la tienda de regalos en el segundo piso para ver varios artículos de devoción.

¿No puedes ir al Mar Muerto? La privación sensorial ha sido renombrada como “terapia de flotación” y si bien hay muchos lugares donde te puedes desconectar flotando en cálidos tanques de agua con sulfato de magnesio, el Just Float (Avenida Hudson #76 Norte, Suite 120, Pasadena 91101) dice tener las instalaciones más grandes de este tipo. Cada cliente tiene su propio cuarto de flotación, con todo y regadera, tapones para los oídos, batas, hisopos y música de relajación. Descansa los músculos o sólo reserva un descanso mental con la Terapia de Reducción de Estímulos Ambientales (REST, en inglés) en uno de sus cuartos privados y regresa a la realidad con un té saliendo de la flotación en el lounge.

El recién renovado centro Kadampa (Avenida Franklin #4953, Los Ángeles 90027) es la realización del sueño de Geshe Kelsang Gyatso, quien salió de su hogar en 1977 y luego esparció la Nueva Tradición Kadampa por todo el país. Ubicado en Los Feliz (busca los ocasionales monjes en sotanas naranja cerca de la Avenida Vermont), el centro ofrece entrenamiento con profesores Dharma, meditaciones a la hora del almuerzo, un tour mensual por la casa y oraciones semanales para la paz mundial los miércoles de 10 a 10:45 de la mañana, con donación. Revisa el sitio web del templo para el calendario.

Ubicado justo en el centro de Adams Oeste, el Peace Awareness (Bulevar Adams #3500 Oeste, Los Ángeles 90018) es un discreto campus que es llamado un “oasis espiritual en la ciudad”; los visitantes se sienten en casa apenas caminan por el laberinto de piedra, meditando en los jardines llenos de follaje, o al experimentar una de las muchas pláticas, baños de sonido o las clases de yoga que se llevan a cabo en la mansión. La encarnación actual de casa es mantenida por el Movimiento de la Conciencia Espiritual Interior, pero la arquitectura de estilo renacimiento italiano refleja la cultura y el gusto del propietario original, Secundo Gusti, propietario de una de las primeras vinaterías en California, y el sitio pasó después a propiedad del director Busby Berkeley. Los tours son gratuitos, pero se tiene que hacer reservación por adelantado. Aquellos que no estén visitando por primera vez pueden saltarse el tour y sólo venir a disfrutar del silencio.

Establecida en Los Ángeles en 1925 por Paramahansa Yogananda, autor de “Autobiografía de un Yogi”, la comunidad invita a los visitantes a que caminen por las tranquilas tierras de sus cuarteles internacionales también conocido como el Centro Madre) en el Monte Washington, o en el Centro Ashram y Templo de Hollywood, y el Retiro y Templo de Lake Shrine en Pacific Palisades. Las meditaciones grupales guiadas, retiros, grupos de estudio, kirtans y demás oportunidades para estar en comunidad están abiertas al público en general.

Dáte un masaje sónico con las vibraciones de los tazones cantantes de cristales, gongs, flautas, campanas de viento y más bañándote, ofreciendo una experiencia meditativa que te resonará por el cuerpo por días. Prueba con el The Den en Studio City, Yogala en Echo Park, o Siesta Yoga en Hollywood.

Prueba los “cantos para principiantes” los sábados, luego aprende qué es lo que esas palabras de la clase de yoga significan en la clase de sánscrito los domingos en el Templo Hollywood de la Sociedad Vedanta (Sitio Vedanta #1946, Hollywood 90068). El sitio cuenta con un templo, un monasterio, un convento, una librería y una biblioteca, así que puedes pasearte, el templo está abierto al público desde las meditaciones matutinas hasta las clases vespertinas. La historia de este lugar data de la visita de Swami Vivikenanda al sur de Pasadena a mediados de los 1890s. El calendario completo está disponible en su sitio web.

Para aquellos que prefieran su meditación con un toque de euforia, prueba La Clase en el Wanderlust Hollywood (Avenida Highland #1357 Norte, Los Ángeles 90028). Desarrollada por la profesora de yoga de la Costa Este, Taryn Toomey, La Clase ha sido considerada como “una práctica de autoestudio en tapete, con música, a través del acondicionamiento físico”. La Clase es guiada por profesoras como Heather Lilleston, quien dice que encontró vida en La clase después de haber sido una corredora buscando algo con “los componentes filosóficos y psicológicos del yoga, así como fortalecimiento”. Trae agua, una toalla, y unos tenis, te harán sudar.